El diseño de la botella 

Siempre he pensado que los que se quejan de que la vida es corta demuestran que el ser humano es un genio… a la hora de quejarse. Corta es la vida de un mosquito… desde nuestro punto de vista. Y tampoco es tan corta que lo puedes tener picándote varios días en casa si no te encargas de él. De cualquier manera, es cierto que la vida humana es corta si te quieres dedicar a muchas cosas a la vez. Entonces descubres que no vas a tener tiempo para todo.

En mi caso, yo tengo tantas aficiones que realmente no doy abasto, y me hubiera gustado vivir cinco vidas para poder tener un montón de profesiones diferentes. Y una de esas profesiones frustradas es ser bodeguero, haber tenido una bodega de vino, y producir deliciosos vinos desde un entorno rural. Pero para eso hay que dedicarle tiempo y no lo he tenido. Pero es que del vino me interesa todo, hasta el diseño de las botellas. Siempre que voy a una tienda a mirar vino o miro por internet me fijo en el estilo de cada botella y de las etiquetas y de cómo un buen diseño influye en el comprador, también en algo tan tradicional como el vino.

Porque está claro que a un chico de 15 años le puede influir mucho el diseño de una lata de bebida energética: cuantos más colores chillones y letras agresivas, mejor. Pero para un sesudo consumidor de vino se supone que lo importante es el interior de la botella. Pero, a que dan ganas de pazo baion comprar solo viendo la botella. Aunque no conozcas de primera mano el delicioso sabor del vino que cobija esta botella, su recipiente llama la atención, tan fino y elegante.

Y esa es la clave también en el diseño de las botellas de vino, que adapten el estilo de la botella a lo que se quiere proyectar con ese vino: tradición, sofisticación, elegancia, vigor… Todo ello puede quedar sugerido por el tipo de botella que se elija para contener un vino, sin olvidar, por supuesto, que el diseño de la botella también influye en el sabor y el tipo de vino: no es lo mismo pazo baion comprar que comprar un reserva. Así que si volviera a nacer creo que sería diseñador de botellas de vino. Y a la siguiente vida, astronauta.