Tomar referencias es una práctica beneficiosa para aparcar correctamente, y los conductores más experimentados lo reconocen. La proximidad de los bordillos, la esquina trasera de un vehículo contiguo o el parachoques de otro estacionado a la derecha actúan como ‘balizas’ de posicionamiento a la hora de maniobrar con seguridad, ya sea en pequeños aparcamientos o en grandes como el Parking low cost Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid.
La irrupción de los sistemas de estacionamiento automático ha simplificado uno de los momentos más estresantes de la conducción. Sin embargo, tomar referencias continúa siendo un método eficaz y asequible para estacionar de forma precisa.
Así, en aparcamientos en batería, una primera referencia es el lateral de los vehículos ya estacionados, en relación con los cuales debe posicionarse el propio coche en perpendicular, a 1 metros aprox. de aquellos. El siguiente punto será el vehículo situado a la derecha una vez se haya introducido el parachoques trasero del coche en la plaza en cuestión. Seguidamente, se observará la distancia del bordillo a medida que se da marcha atrás, manteniendo una distancia razonable y equitativa con los vehículos aparcados en los flancos.
Por otra parte, la maniobra para estacionar en línea presenta un mayor número de referencias útiles. La esquina del parachoques trasero del vehículo siguiente, el espejo retrovisor del mismo, etcétera, son puntos clave que los conductores deben tener presente mientras dan marcha atrás en paralelo a los vehículos ya estacionados y completan el giro de volante para posicionarse en la plaza libre.
Respecto a los parkings diseñados en sentido oblicuo, una referencia válida es el retrovisor del propio vehículo, que situaremos a la altura del parachoques trasero izquierdo del coche ya inmovilizado. Con ello, el conductor ejercerá un mayor control sobre las distancias laterales y evitará desviarse peligrosamente hacia cualquiera de los extremos.